La presencia de esta pieza en las colecciones del Museo
supone, la prueba del esfuerzo realizado para garantizar la protección y
salvaguarda de nuestro Patrimonio Cultural Subacuático.
Ancla de una de las dos fragatas españolas naufragadas
frente a la costa atlántica de los actuales Estados Unidos de América a
mediados del siglo XVIII y comienzos del XIX.
Entre los siglos XVI y XIX, las posesiones territoriales de
la monarquia hispánica por todo el Globo hacían esenciales las relalciones vía
marítima de la metrópoli con los territorios americanos hasta su independencia.
Las fragatas Galga y Juno fueron dos de los buques destinados a la escolta de
los convoyes interoceánicos. La primera se hunió durante una tormenta en 1750
frente a las costas de los actuales estados norteamericanos de Maryland y
Virginia. La segunda perdió en 1802, en las costas de Virginia, cuando
realizaba el viaje de retorno a Cádiz.
A finales de los años noventa del siglo XX y tras un largo
pleito frente a la empresa cazatesoros Sea Hunter, la Corte Federal de los
Estados Unidos reconocía los derechos del reino de España sobre los pecios.