A través de la recuperación y estudio de restos cerámicos,
se puede llegar a tener una base para realizar estudios sobre el comercio de
mercancías, sociedad y economía de una etapa pasada.
ánfora del mediterraneo occidental |
La presencia en el museo de distintos tipos cerámicos nos
habla de un rico comercio así como de una sociedad heterogénea. Entre esos
tipos de cerámica encontramos algunos representativos como podría ser el ánfora
del mediterráneo occidental, que es
el único modelo fenicio originario de la península, realizado en factorías
fenicias del sur peninsular, para envasar manufacturas locales sin especificar
un solo contenido, ya que se ha documentado su uso en vino, aceite y salazones.
ánfora púnico-ebusitana |
Con el tipo cerámico de ánfora púnico-ebusitana, datada
entre 120-100 a.C y 50/75 a.C podemos señalar una presencia púnica, con mayor
incidencia en el sureste de la península,
así como un fuerte comercio de este pueblo.
Esta cerámica se caracteriza por tener un cuerpo bicónico
con la parte inferior más alargada y estrecha, el borde exvasado y las asas en
forma de anilla circular.
Como prueba de comercio, tenemos el ánfora vinaria romana
con sellos encontrada en un pecio romano del siglo I a.C. que apareció cargado
de estas.
Uno de los sellos impreso en un labio muestra un nombre de
origen servil, y el segundo es ilegible.
Un ánfora que también nos proporciona información sobre el
comercio sería la de Brindes, que recibe como nombre el lugar de su producción
en la localidad de Brindes al sur de
Italia. Su forma seria de cuerpo globular, con cuello corto y labio de sección
circular, con pivote corto y macizo. Estaría fechada entre el II y el I a.C,
con una distribución en el área occidental del Mediterráneo, más aun en el
Este.
Su función sería la de transportar aceite aunque es posible
que también transportara vino.
ánfora vinaria romana |
Otra de las ánforas que nos proporcionan información será la
olearia romana de cuerpo globular, paredes gruesas y cuello y pivote corto. Su
producción parece estar entre Sevilla y Córdoba, para envasar el aceite bético,
y su difusión es muy amplía por el Mediterráneo Occidental.
Dentro de la industria de las salazones, sería significativa
el ánfora tartoantigua que se produce en el norte de África, entre los siglos
IV y VII d.C. copiada en regiones como Águilas y Mazarrón con unas dimensiones más
reducidas.
Otras cerámicas dan información sobre la sociedad y la
cultura de esta, como es el caso de la ánfora votiva, fechada entre los siglos
V a.C y IV a.C que fue encontrada junto a quemaperfumes y figuras oferentes que
parecen dar un simbolismo ritual, probablemente en ceremonias de incineración.
O también un vaso biberón, que de cuerpo globular y pico
vertedor de forma tubular podía haber sido usado como contenedor de aceite para
lucernas o elementos rituales.
Como cerámica domestica podemos encontrar morteros como el
conservado en el museo datado en el siglo II a.C. realizado en cerámica común y
se compone de un recipiente con borde exvasado y moldurado.
También destaca un plato de barniz negro, datado en los
siglos III al II a.C de forma plana y con ligera curvatura de barniz aunque
negro con matices irisaciones azuladas y con fondo decorado con palmetas en
forma radial y tres líneas realizadas a ruedecilla a modo de estrías.
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