viernes, 4 de enero de 2013

LA HISTORIA A TRAVÉS DE RESTOS CERÁMICOS



A través de la recuperación y estudio de restos cerámicos, se puede llegar a tener una base para realizar estudios sobre el comercio de mercancías, sociedad y economía de una etapa pasada.
ánfora del mediterraneo occidental

La presencia en el museo de distintos tipos cerámicos nos habla de un rico comercio así como de una sociedad heterogénea. Entre esos tipos de cerámica encontramos algunos representativos como podría ser el ánfora del mediterráneo occidental, que es el único modelo fenicio originario de la península, realizado en factorías fenicias del sur peninsular, para envasar manufacturas locales sin especificar un solo contenido, ya que se ha documentado su uso en vino, aceite y salazones.

ánfora púnico-ebusitana
Con el tipo cerámico de ánfora púnico-ebusitana, datada entre 120-100 a.C y 50/75 a.C podemos señalar una presencia púnica, con mayor incidencia en el sureste de la península, así como un fuerte comercio de este pueblo.
Esta cerámica se caracteriza por tener un cuerpo bicónico con la parte inferior más alargada y estrecha, el borde exvasado y las asas en forma de anilla circular.
Como prueba de comercio, tenemos el ánfora vinaria romana con sellos encontrada en un pecio romano del siglo I a.C. que apareció cargado de estas.
Uno de los sellos impreso en un labio muestra un nombre de origen servil, y el segundo es ilegible.
Un ánfora que también nos proporciona información sobre el comercio sería la de Brindes, que recibe como nombre el lugar de su producción en la localidad de Brindes al sur de Italia. Su forma seria de cuerpo globular, con cuello corto y labio de sección circular, con pivote corto y macizo. Estaría fechada entre el II y el I a.C, con una distribución en el área occidental del Mediterráneo, más aun en el Este.
Su función sería la de transportar aceite aunque es posible que también transportara vino.
ánfora vinaria romana
Otra de las ánforas que nos proporcionan información será la olearia romana de cuerpo globular, paredes gruesas y cuello y pivote corto. Su producción parece estar entre Sevilla y Córdoba, para envasar el aceite bético, y su difusión es muy amplía por el Mediterráneo Occidental.
Dentro de la industria de las salazones, sería significativa el ánfora tartoantigua que se produce en el norte de África, entre los siglos IV y VII d.C. copiada en regiones como Águilas y Mazarrón con unas dimensiones más reducidas.

Otras cerámicas dan información sobre la sociedad y la cultura de esta, como es el caso de la ánfora votiva, fechada entre los siglos V a.C y IV a.C que fue encontrada junto a quemaperfumes y figuras oferentes que parecen dar un simbolismo ritual, probablemente en ceremonias de incineración.
O también un vaso biberón, que de cuerpo globular y pico vertedor de forma tubular podía haber sido usado como contenedor de aceite para lucernas o elementos rituales.

Como cerámica domestica podemos encontrar morteros como el conservado en el museo datado en el siglo II a.C. realizado en cerámica común y se compone de un recipiente con borde exvasado y moldurado.
También destaca un plato de barniz negro, datado en los siglos III al II a.C de forma plana y con ligera curvatura de barniz aunque negro con matices irisaciones azuladas y con fondo decorado con palmetas en forma radial y tres líneas realizadas a ruedecilla a modo de estrías.

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